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BÁRBARA RUEDA

DIRECTORA EJECUTIVA

MÁS ACERCA DE MÍ

Bárbara Rueda, originaria de Coahuila pero criada en Texas, llegó a San Miguel de Allende hace 16 años. Después de una destacada carrera de 23 años como ejecutiva en General Motors, tomó la decisión de establecerse en esta pintoresca ciudad. Al dejar atrás la vida corporativa, centró su enfoque en la participación comunitaria y en ayudar a los demás. Desde entonces, Bárbara ha sido una voluntaria dedicada para varias organizaciones sin fines de lucro y cofundó Casa Hogar Corazón Valiente, un hogar para niñas abandonadas.

Con su experiencia como planificadora estratégica, Bárbara está adecuadamente preparada para impulsar a Ojalá Niños. Se compromete a fortalecer los programas actuales de la organización y a desarrollar nuevas iniciativas que inspiren el aprendizaje, creen oportunidades y sirvan a la comunidad de San Miguel Viejo. Además, supervisa la elaboración de presupuestos y las operaciones diarias de Ojalá Niños, colaborando estrechamente con la Comunidad de San Miguel Viejo, la Junta Directiva, los colaboradores y, por supuesto, los niños y jóvenes de Ojalá Niños.

En este punto de su vida, brindar cuidado a los demás, especialmente a aquellos que carecen de recursos y oportunidades, es la prioridad y pasión de Bárbara. Ella cree firmemente que es el fundamento sobre el cual se construye una buena sociedad. Bárbara se guía por la visión de crear un mundo mejor: más justo, amoroso y creativamente abundante. Cree que este cambio comienza donde cada individuo puede marcar la diferencia: con los vecinos, en las comunidades y en los círculos de influencia.

Bárbara se considera afortunada de tener tiempo para dedicar a los demás y de poder utilizar la experiencia y habilidades que ha adquirido en su vida profesional para ayudar a otros a buscar una vida en plenitud.

 

Ver a las madres confiar en los Guías de Ojalá Niños para sus hijos llena a Bárbara de certeza; confianza en que la organización está haciendo el bien para sus hijos e hijas. Sabe que esta confianza se gana mediante demostraciones repetidas de dedicación e integridad.

Haber tenido la oportunidad de ver a los adolescentes prosperar cuando encuentran un propósito en sus vidas hace que Bárbara mantenga la fe en que los amigos y seguidores de Ojalá Niños, junto con cada otra organización sin fines de lucro que ayuda a los desfavorecidos en su comunidad, tomarán conciencia de la importancia de su papel en esta carrera. Ella cree firmemente que han recibido el testigo y están encargados de habilitar posibilidades transformadoras para la próxima generación.

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